Soy Ingeniero informático y trabajo para una empresa tecnológica que tiene su sede en la Avenida de Kansas City.
Los que trabajamos en empresas tecnológicas ya teletrabajábamos antes de la pandemia, pero aun así, nuestra vida cambió drásticamente en marzo de 2020.
Parece que ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero todavía siento desazón al recordar la incertidumbre y la impotencia de aquellos días, cuando no sabíamos a qué nos enfrentábamos ni cuándo íbamos a poder recuperar la normalidad de nuestra vida.
Estar encerrados en un piso de dos dormitorios fue una prueba difícil para nosotros igual que para muchísimas familias. Con dos niños pequeños (entonces tenían cinco y tres años), con necesidad de moverse y de jugar, era imposible mantenerlos entretenidos todo el tiempo. Como mi mujer y yo trabajamos los dos, nos teníamos que turnar para intentar “contener a las fieras”. Era estresante mantener reuniones on line con compañeros o con clientes, sabiendo que en cualquier momento se podían oír los ruidos más insospechados.
Así que en mayo de 2.021, en cuanto que empezamos a poder salir, tomamos la decisión de buscar una casa más espaciosa, a poder ser con jardín, donde poder teletrabajar más cómodamente, aunque eso implicara salir del centro e irse a vivir a las afueras de Sevilla.
Estuvimos diez meses de búsqueda, sin cerrarnos a ninguna zona, dando prioridad a encontrar la casa que buscábamos a un precio que nos pudiéramos permitir. En marzo de 2021, lo tuvimos ya claro y nos compramos un chalet adosado en la urbanización de Hato Verde, con entrada desde la autovía de la Plata.
Somos conscientes de los problemas de conciliación a los que se enfrentan la mayoría de las familias y por eso valoramos muchísimo el equilibrio que nosotros hemos encontrado entre nuestra vida profesional y nuestra vida familiar.
Yo teletrabajo tres días a la semana y los dos días que bajo a Sevilla, tardo entre 16 y 18 minutos.
Mi mujer es logopeda, y aunque antes trabajaba en una clínica privada, en 2022 decidió asumir el riesgo de ponerse por su cuenta y teletrabajar. Ahora combina su trabajo como profesional independiente desde casa (tiene consultas on line con pacientes de toda España) con la colaboración con varias escuelas e institutos de la Sierra Norte.
Cada día nos damos el lujo de llevar andando a nuestros hijos al cole, que estudian en el Colegio Público de Educación Infantil y Primaria Virgen del Rosario, colindante a Hato Verde, y de comer y cenar los cuatro juntos.
Y no tenemos que esperar a los fines de semana o a las vacaciones para hacer actividades o planes que nos gusten. Los podemos hacer cuando queramos, porque los tenemos al alcance de la mano. Desde montar en bici, correr o hacer calistenia al aire libre, a tocar la guitarra eléctrica con mi banda de amigos, sin molestar a nadie.
Nos sentimos muy orgullosos de haber tomado la decisión que tomamos y haber apostado por un estilo de vida distinto, del que toda la familia ha salido ganando, y muy especialmente nuestros hijos. Nos hace felices verlos crecer tan sanos sin estar perdiéndonos su infancia, como tristemente les pasa a otros padres. Estamos convencidos de que el que tengan una niñez tan saludable en todos los sentidos, es el mejor regalo que les podemos hacer para que el día de mañana sean adultos equilibrados, independientes y seguros de sí mismos.
