La Ley de Ordenación de la Edificación, también conocida como LOE, tiene como objetivo regular los procesos de las edificaciones, fijando las obligaciones y las responsabilidades de los agentes que intervienen en dicho proceso con el fin de cubrir las garantías de los usuarios en base a unos requisitos básicos.
Requisitos básicos de la edificación
La Ley establece unos requisitos básicos para todas las edificaciones con el objetivo de garantizar la seguridad de las personas, el bienestar de la sociedad y la protección del medio ambiente. Estos requisitos hacen hincapié en la funcionalidad de los edificios en cuanto a dimensiones mínimas, accesibilidad y acceso a servicios, y en la seguridad de las edificaciones teniendo en cuenta la estructura, la situación ante emergencias y la habitabilidad.
La Ley de Ordenación de la Edificación obliga a las constructoras a solicitar todas licencias y autorizaciones administrativas que correspondan y, una vez finalizada la obra, informar de las modificaciones existentes.