La contaminación del aire es algo con lo que convivimos a diario. En este sentido, la Agencia Europea de Medioambiente creó en 2017 un índice para medir la calidad del aire de las ciudades (el ICA).
Pero, independientemente de los contaminantes que podamos encontrar en el aire exterior, nos interesa mucho saber cómo medir la calidad del aire en casa. Porque, aunque en menor medida, el aire de casa también puede estar contaminado.
En este artículo te contamos cómo se mide la calidad del aire en casa y qué hacer para mejorarla.
¿Al entrar a casa sientes que el aire está “sobrecargado”? ¿Te pican los ojos, la nariz o la garganta cuando pasas mucho tiempo en una habitación? Entonces, puede que la calidad del aire de tu hogar no sea la óptima.
Aparte de los contaminantes que pueden entrar del exterior por las ventanas, la mayoría de los contaminantes del aire que encontramos en la casa proceden de nosotros mismos, los materiales de construcción o los propios muebles.
Al medir la calidad del aire en una casa es fundamental tener en cuenta la concentración de CO2, los VOC (Compuestos Orgánicos Volátiles), la humedad y las partículas finas en suspensión.
Además de nuestra propia percepción, gracias a los avances tecnológicos, hoy disponemos de todo tipo de sensores para medir la calidad del aire del hogar.
Los sensores de compuestos orgánicos volátiles se encargan de medir la concentración de estos compuestos que se pueden convertir en vapores o gases y empeorar la calidad del aire.
Las variedades de VOC son muchas: desde aquellos que proceden de nuestro propio metabolismo, de los animales, de los materiales de construcción o los muebles y también hay VOC que proceden de los productos de limpieza o los cosméticos.
Si una habitación tiene una concentración de CO2 alta, es momento de renovar el aire. Este es el compuesto que expulsamos al respirar. Si hay demasiado CO2, habrá menos oxígeno.
Los sensores más habituales son los que funcionan con infrarrojos.
Aunque cierta medida de humedad es positiva para la calidad del aire, una humedad demasiado alta o demasiado baja puede empeorar nuestra calidad de vida y propiciar la aparición de agentes nocivos para la salud, como los hongos.
Si tu sensor de humedad arroja un valor por debajo del 40 % o por encima del 60 %, es importante que tomes medidas.
Las partículas finas pueden empeorar el aire y provocar que tengamos reacciones alérgicas o problemas respiratorios. Algunas de estas partículas pueden llevarnos, incluso, a desarrollar problemas cardiovasculares.
Nuestra casa es nuestro refugio del mundo exterior y tener una casa confortable pasa por muchos aspectos. Uno de ellos es contar con una calidad del aire óptima.
Pero la importancia de respirar un aire de buena calidad va más allá de la comodidad. Estas son algunas consecuencias para nuestro organismo de respirar continuamente un aire contaminado:
Como hemos visto, los motivos por los que la calidad del aire en casa puede ser baja son muchos y las consecuencias pueden ser muy negativas.
Sin embargo, hay algunas recomendaciones sencillas que puedes seguir para mejorar su calidad, independientemente de cuál sea el contaminante que esté empeorándola.
Te damos algunos consejos para que sepas cómo mejorar la calidad del aire de casa, si notas que no es buena o si algún sensor te lo ha confirmado:
Esperamos haberte ayudado a saber cómo medir la calidad del aire de casa y, por supuesto, que estos consejos te ayuden a mejorarla. Recuerda que respirar un aire de calidad es fundamental para nuestra salud.
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